Invierno en agosto

En la mente siempre cabe la duda,

en un alma siempre existe un dolor,

de esté corazón hospiciano que se encuentra impaciente,

de esta mente que no para de gritar tu nombre,

de un cuerpo que tiembla por tu ausencia

y la inquietud de no saber hallarte.

 

Un alma que llora en silencio,

un llanto que es como un cantar,

una melodía del corazón que solamente tú puedes escuchar

¡Y es que sé que la puedes escuchar!

Lo sé porque yo escucho la nostalgia de tú alma.

Porque siento que me extrañas,

porque sé que me piensas,

que me sueñas y que anhelas mis besos también.

 

En la mente siempre cabe la duda de el ¿dónde? El ¿cuándo? Ó el ¿por qué?

En el alma siempre existe el dolor de tanto amor desperdiciado,

de tantas ganas y tanta distancia,

de tantas palabras abstenidas

y de tantos besos moribundos.

Se hace inconcebible preferir vivir así,

amándonos tanto y negándonos todo.

 

4.0.1

 

Mi proposición es simple;

Si hemos de sufrir, suframos justos,

si no hemos de salvarnos de la muerte,

que este amor nos salve de la vida,

porque una vida sin amor es un calvario,

lleno de espinas, de hambre y de sequía.

¡Dale! Huye conmigo, toma mi mano porque mi corazón ya lo tienes,

Sin importar lo que pase, lo que digan, lo que cause.

Ya es mucho lo que hemos esperado por este encuentro entre dos almas,

que se unen y se liberan y se funden como una sola llama, y se aman.

Siempre se aman.

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Nombre de la pintura: «llamas gemelas en ascensión»
Artista: Patricia Orozco 

 

 

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