En estos días me acuerdo aún más de ti, quizás sea este sol que calienta tibiamente mis mejillas o tal vez es la leve fragancia a flores que comienza a emerger por la esperada llegada de la primavera.
Fue en el principio de una primavera que te volví a ver después de mucho tiempo.
Fue en una primavera cuando mis ojos se volvieron a iluminar y se sumergieron ávidamente en los tuyos.
Fue en una primavera cuando la brisa del viento atravesaba fuertemente mis dedos mientras cantábamos una de Bob Marley y sonreíamos, viajando en un carro camino a una aventura que por primera vez presenciamos solos, tú y yo.
Fue en una primavera cuando me volví a sentir como una niña, viviendo solo el presente, corriendo sobre la arena, mirado las estrellas, agarrada de tu mano.
Hubiera preferido detener el tiempo en ese mismo instante y luego extenderlo a través del mismo.
Igualmente fue durante una primavera cuando decidí despedirme tristemente de ti, en secreto, con reserva, como si te fuese a ver la semana siguiente, simulando que no me afectaría evocar nada de lo ahí vivido… ¡Qué cándida!
Ya se cumple un año de ese último adiós que le dedique al viento.
Tantas cosas han pasado, tantas cosas han cambiado.
Mi dolor por ejemplo, ¡ya no me duele el vacío aunque todavía lo siento!
Te imagino muy contento, viviendo la vida que deseabas y eso me da un aliento.
Te imagino enamorado de la vida y sus paisajes, y eso me produce un contento.
Vivo buceando el eterno sueño, donde tú sólo eres un sueño dentro de mi sueño.
Pero tú, de todos los sueños, eres un sueño especial, un sueño que me saca una sonrisa y una lágrima al mismo tiempo.
Un sueño que no es de esta época, sin embargo, une todas las épocas.
Un sueño que repetiría una y otra vez sin pensarlo ni un momento.
No entiendo cómo aún existes dentro de mí, si he hecho todo lo posible para suprimirte de mi subsistencia.
¿Por qué apareces y desapareces de mi pensamiento, sin que nada cause tu recuerdo? Casi como si me llamarás o me buscaras en tus más profundos pensamientos. ¡No puedo acertar en eso! ¿Cierto? ¡Si existe una vida entera de distancia entre tú y yo! ¿Cómo puedo sentirte cerca aún, estando tan lejos?
Dicen que entre dos almas que sienten, no existe distancia, ni edad, ni tiempo.
Aunque a veces dudo y a veces pienso que tan sólo estás en mi pensamiento.
La primavera es la estación del amor.
Lástima que después llega el invierno. En el tiempo y el amor…
Un abrazo.
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En efecto así es! Sin embargo ambas logran cautivarnos de alguna manera y dejarnos la nostalgia de su recuerdo 🙂
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