Un año que se va y otro que llega,

el circulo eterno de la vida.

Hay que darle muerte a un ciclo para que otro más nazca.

Y así vamos por la eternidad, naciendo, aprendiendo, creciendo, evolucionando y muriendo.

Es difícil no sentir un sabor agridulce con un año que se va y otro que llega.

Es inevitable no pensar en todo lo que perdimos y todo lo que ganamos.

Un año lleno de momentos que pasaron agarrados de las manijas de un reloj,

Impactando cada una de nuestras vidas, haciéndonos sentir lo duro, complejo y a la vez

hermoso de vivir.

Y perpetuamente plasmando cada una de estas vivencias en nuestras memorias y en nuestros corazones.

Aquella mano juguetona,

Aquel beso dado o robado,

Aquella lagrima incontrolada,

Aquel vacío en el pecho,

Aquella sonrisa inesperada,

Aquella palabra cordial y amorosa.

Un año de muchas sensaciones, algunas de profundo dolor, de pérdidas inesperadas he irremplazables.

Otras de inmensurable alegría, de gran entendimiento, de profunda reflexión.

Este año nos ha enseñado mucho. Tanto a nivel personal como a nivel social y humano.

Hoy puedo decir que gracias a todo lo vivido en este año 2016 soy un ser más sensible, más considerada, más humana.

Es raro decir que podemos ser más humanos cuando en efecto humanos somos. Pero se requiere de mucha humildad, de mucho amor incondicional al mundo, de mucha comprensión el uno hacia el otro, de mucho entendimiento, pero no tanto del intelecto, más bien del alma. Se necesita sentir mucho, para ser realmente el ser humano que tan desesperadamente necesitamos ser.

¡Y por todo eso doy Gracias!

¡Por ti! Que con tu granito de arena has hecho que yo comprenda esto mejor. Gracias por ser parte de este momento, de este tiempo. ¡Gracias por ser parte directa o indirecta de mi vida, y de la vida!

Este nuevo año llega como siempre, como un lienzo en limpio, lleno de expectativas pero también lleno de oportunidades.

Oportunidades para ser mejores. ¡Para demostrarte a ti mismo lo que eres capaz de ser, de hacer! ¡Que si en realidad quieres, puedes! ¡Qué te mereces todo!

No te reserves un ‘te quiero’, un ‘te extraño’, un ‘te necesito’. No dejes de ir al viaje que siempre has querido darte. No te prives de un merecido descansó o de pasar tiempo con los seres que amas.

El tiempo se lo roba las manijas del reloj y ‘ella’ nunca lo devuelve.

Así que por mi parte, he decidido este año 2017; ¡Vivir! ¡Amar! ¡Besar! ¡Sonar y cumplir mis sueños! ¡Agradecer! ¡Sobre todo agradecer!

¡Feliz Año para todos! Que Dios, el Universo, la Energía Divina los bendiga y los proteja siempre.

¡Se les quiere muchísimo!

¡¡Gracias!!