Esa mujer que hoy te quita el sueño y te contagia sonrisas,
no será la primera, y quizás tampoco la última, pero seguro será la inolvidable.
No porque no te hayan amado antes,
ni porque no te hayan besado y mordido los labios hasta doler ¡No!
Ya ves que nunca te habías motivado tanto de tan sólo pensarle,
nadie te perturba los días y te alarga las noches como ella.
Que su sola voz te incita, sus labios te provocan y su exhalación te prende.
Sus manos te derriten el cuerpo y sus besos te consumen el alma.
Sabes muy en el fondo, pero lo sabes, que nunca le olvidarías.
Es que nadie te había dejado amar así, besar así, coger así, como ella.
Nadie más comparte contigo el mismo grado de perversión.
Aquella sed y deseo sin frontera,
nunca hartos ni saturados de amarse.
No podrás olvidarla, ni dormido, te lo aseguro.
Porque se buscan para lo mismo, para complacerse, para consentirse,
de todas las formas posibles en su loca imaginación.
Pero eso sí, nada que los ayude a ser más cuerdos, todo lo contrario.
Desinhibidos y juguetones, curiosos y atrevidos.
Tocándose como solo se saben tocar entre sí,
Ahí en el punto exacto de excitación, donde le pides piedad, donde te pide perdón.
Así, como si recorrieran un camino previamente trazado,
con largas estadías en sus lugares favoritos,
en donde gemir, querer y pedir significan lo mismo.
Peñones y acantilados, zonas bastas y húmedas.
Seducidos por los fuegos y los espasmos,
Un grito, una entrega y una derrota, son la garantía de aquella zona campal.
El mejor modo de vencer la tentación es caer en ella.
Ahí se quedan, agotados y complacidos hasta dormir.
Arrullándose en su sexo, aspirando su olor, resbalosos en sudor, saliva y demás.
Fumados, fumándose.
A esa mujer nunca le olvidarás porque es tu droga favorita,
esa que te eleva, te calma, te acelera, te invade, te intoxica y te mata.
Se matan lentamente de amor y de placer,
placer que sientes correr por tu sangre,
que calienta tu cabeza, acelera tu corazón y sientes palpitar en tu extremidad.
Ya ves porque no le olvidarás ni con tres botellas de tequila.
No es la primera, y quizás no será la última, pero seguro si va a ser la que nunca olvidarás.
No porque no puedas, sino porque no vas a querer.
Jamás.
Unas letras muy seductoras, excelente poesía llena de sentimiento
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Muchas Gracias Juan ¡me halagan mucho tus palabras! 🙂 bendiciones.
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A mi me encanta que le encante que le encante…
Y también me encantó. por cierto. Por eso me lo robo.
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Reblogueó esto en Directas & Indirectasy comentado:
El mejor modo de vencer la tentación es caer en ella…. va a ser la que nunca olvidarás.
No porque no puedas, sino porque no vas a querer.
Jamás.
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❤ ❤ ❤ ¡¡Muchas gracias!!… Nada como una irresistible tentación 😉
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bacanisima prima
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Muchas gracias Elyn :* xoxo
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Precioso, me encanta 👏👏
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Me encanta que te encante 🙂 ¡¡gracias!!
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