¿Y qué del vacío?
que te llena,
que te invade,
que te cuestiona,
que te pone a prueba
y te aísla,
y te hace detenerte,
sobresaltado,
y pensar,
y luego caminar,
hacia la respuesta,
hacia el acierto,
hacia lo concreto y definitivo.
Es que no somos buenos con la incertidumbre;
que nos agravia,
nos asfixia,
porque nos quita,
nos excluye,
nos agobia,
y nos pone en un lugar oscuro,
y te hace detenerte,
y pensar,
y luego caminar,
sin miedo,
hacia lo destreza,
hacia la sentencia,
hacia lo determinado y rotundo,
sin marcha atrás.
Es que no somos buenos con la inseguridad.
Creo yo, que ahí se encuentra nuestro límite.
*Dedicado a mis hermanos Venezolanos. Los llevo siempre en mis oraciones y mi corazón. ¡Fuerza y Gloria al Bravo Pueblo!
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