Y de pronto te encuentras ahí, luchando putamente por ser algo que ya eres. Por descubrir algo que ya existe en ti, y por demostrar algo que ya fuiste.
Como si tuvieses amnesia o algo así.
Como cuando te montas en una bici pero no recuerdas quien te enseño a montarla o cuando aprendiste a pedalear en equilibrio ¡Pero igual estás pedaleando!
Así mismo, como cuando tienes una necesidad irracional de beber y degustar algo posiblemente conocido pero no totalmente identificado.
Como cuando llegas a un sitio al que nunca recuerdas haber ido antes, pero te sientes como si siempre hubieses estado ahí.
Como cuando un olor te lleva a una imagen y una imagen te lleva a una sensación.
Como cuando una mirada de alguien que apenas conoces, te hace pertenecer de una forma casi doméstica y complaciente.
Así es el presentimiento;
Algo lumbre pero manso.
Excitante pero maquiavélico.
Debe estar conectado para enviar un comentario.