El dia de nunca olvidar

Es increíble que ya pasaron diecisiete años de aquel día tan desconcertante y terrorífico. Recuerdo exactamente lo que estaba haciendo y hacia donde me dirigía esa mañana del 11 de Septiembre del 2001. A las 8:50 de la mañana yo me encontraba alistándome para una entrevista de trabajo y acababa de salir de la ducha. Cuando veo en la imagen del televisor que solo hace 4 minutos, un avión de American Airlines se había impactado en una de las torres del World Trade Center en la ciudad de Nueva York. Ciudad que para mí era especial ya que ahí fue donde llegue cuando emigré de mi país natal a los Estados Unidos. Me encontraba en completa negación creyendo inclusive que era una escena de alguna película de Hollywood, cuando enfrente de los ojos de todo el mundo impacta el segundo avión de United Airlines en la segunda torre a las 9:02am.

Como en cámara lenta recuerdo los sonidos de las sirenas que traspasaban las bocinas del televisor, el humo que oscurecía todo el cielo azul de Manhattan y los rostros de terror de cada persona que pasaba por enfrente de las cámaras de video. No tuve que estar en Manhattan en ese momento para sentir su terror, sentí que me dolía el alma. Recuerdo mis pensamientos, las lágrimas que no podía evitar salieran de mis ojos mientras manejaba para un lugar donde tenía que poner mi mejor cara.  La radio no paraba de hablar de lo que había sucedido en ninguna emisora, los rostros de las personas que pasaban en los carros eran de shock. Por las tiendas las personas caminaban como zombis, en todas partes el dolor era palpable. Una mirada de desazón, de incertidumbre, de profunda tristeza. Recuerdo incluso lo que llevaba puesto ese día.

Esa fecha marcó un antes y un después. En esa fecha cambió nuestra percepción de las personas, a algunos nos hizo más fuertes, más duros a otros nos hizo más sensibles. Nos programó a creer que algunas nacionalidades somos buenos y otros son malos. Nos llenó de miedo, de zozobra, nos dividió y ahora entiendo el porqué de aquel dicho “divide y conquistaras”.
Es mucho el tiempo que nos ha tomado volver a sentirnos seguros en nuestra sociedad, a sentir empatía por los demás, a sentirnos unidos como humanidad y aún nos falta mucho. También hemos visto como esa división nos ha perjudicado más de lo que nos ha servido. Pero si hemos crecido como humanidad porque ahora podemos ver más claramente la línea divisoria que nos quieren imponer. Si para algo sirvió tanto dolor, angustia y desilusión, fue para esto… para despertarnos del eterno sueño en el que nos han querido mantener y en el que hemos estado por demasiado tiempo.
Hoy recuerdo con tristeza ese inolvidable y devastador día, pero también lo quiero recordar con agradecimiento porque gracias a un evento tan profundamente impactante y siniestro, la humanidad despertó y el cambio de conciencia se hizo efectivo.