Desde hace unos años, Dallas se ha convertido en mi refugio. Luego de una profunda decepción y una ruptura matrimonial, un noviembre en medio de muchos problemas económicos y emocionales tomé la decisión de vender todas mis pertenencias, metí las pocas cosas personales con las que me quede en mi mini carro,  llené el tanque de gasolina y maneje casi 1500 millas hacia Dallas, en busca de una nueva vida.

Dallas es un lugar donde he encontrado nuevos amigos, donde me he unido más a mi familia. Donde me he vuelto a encontrar conmigo misma. Un lugar donde la inspiración también ha llegado de nuevo a mi vida de la mano a nuevos proyectos que me animan a continuar en este mundo de las letras.

Ahora que ya todo ha tomado forma, y aprovechando que cada día voy madurando en mis nuevos escritos, nuevos pensamientos, nuevos debates y nuevas conciencias, me animo a mostrarme al mundo como soy por medio de este página web. Espero continuar haciendo de este ejercicio un aprendizaje, no sólo para mí, sino también para mis lectores. Los invito para que cometen, me escriban con ideas, sugerencias o preguntas. Me encantaría escuchar de ustedes.

«Detrás de cada desafío siempre existe una alternativa,

una decisión necesaria para un cambio, y para una acción» 

Unas de las cosas que he aprendido de esta experiencia de vida, en mis cortos 34 años, es que todos tenemos la necesidad de un desahogo, un escape de esta «realidad» en la que vivimos. Para algunos es bailar, cantar, hacer deportes extremos, degustar las más exquisitas comidas, viajar a los lugares más monumentales del mundo, y así millones de cosas más. Para mí, eso es la escritura, un escape a otras realidades, es más, creo sinceramente que en muchos casos me ha librado del desquicio y hasta de la inanición.

La escritura para mi es VIDA.